lunes, 8 de noviembre de 2021

PADRE PAUL HAFFNER

 

 


 Es peligroso que la Iglesia adopte la visión secular del Cambio Climático


Por Carlos Esteban


InfoVaticana, 03 noviembre, 2021

 

Si la Iglesia tiene una visión sobre el cuidado de la Creación -y naturalmente que la tiene-, esta no puede una mera aceptación sin objeciones de la ideología ecologista secular, advierte el padre Paul Haffner, autor de ‘Hacia una teología del medio ambiente’, en entrevista con el veterano vaticanista Edward Pentin en el National Catholic Register.

 

Si uno lee las muchas alocuciones y mensajes recientes del Papa sobre el medio ambiente, especialmente ahora que se celebra la cumbre internacional del clima COP26 en Glasgow, podrá advertir inmediatamente dos cosas: primero, que Su Santidad transmite urgencia y alarma sobre este asunto, animando a tomar medidas audaces e inmediatas y, segundo, que su visión sobre el medio ambiente coincide hasta la última coma con la que plantean la ONU y las principales organizaciones ecologistas.

 

Pero “para la Iglesia es un poco peligroso aceptar una visión concreta del cambio climático, expuesta por la ONU y diversos gobiernos de todo el mundo”, sostiene el padre Paul Haffner, quien acaba de publicar un libro sobre la teología católica con respecto al medio ambiente, Towards a Theology of the Environment (Gracewing). “Como en el asunto Galileo, si te comprometes con una posición, luego la ciencia cambia y te deja con el pie cambiado. Así que hay que navegar con mucha, mucha atención por aguas tan turbulentas”.

 

Haffner recuerda que para que exista una verdadera ‘teología ecológica’ cristiana, primero tiene que partir de la teología cristiana sobre la Creación y no copiar las ideología fundantes de la ecología secular; no puede atribuir al universo material atribuciones divinas ni tampoco debe olvidar que “se nos dará una nueva creación, porque esta es pasajera y temporal”.

 

La visión ‘canonica’ del cambio climático se funda sobre un frágil y cuestionado consenso, señala Haffner, mientras que la visión católica sobre la Creación y su cuidado debe basarse en la Revelación. La Iglesia debe ofrecer la visión cristiana a partir de esa revelación, de sus propias fuentes, y luego dejar que el mundo desarrolle sus ramificaciones científicas, políticas y económicas.

 

“La Iglesia no tiene respuestas específicas para todas las preguntas, y tampoco debería tenerlas en este asunto”, subraya Haffner. “Se me antoja una locura especificar demasiado en los detalles o afirmar que debemos aceptar el dogma del cambio climático. Puede ser cierto, pero no al nivel de una declaración dogmática”, aclara.

 

Y, sí, en la mente de muchos católicos el cambio climático ha alcanzado el carácter de dogma, advierte Haffner, porque al no poder ser ‘falsado’, siguiendo a Popper, no puede tener carácter propiamente científico. “La ciencia está siempre evolucionando, y la ciencia climática no es una ciencia exacta sino muy aproximadamente porque sus mediciones son bastante difíciles de determinar”, sostiene el sacerdote.

 

De hecho, Haffner teme que la ecología se haya convertido ya en una religión, “básicamente un cosmocentrismo en el que se coloca el cosmos en el centro y que considera al hombre una molestia que hay que marginar. Por lo tanto, el aborto, la eutanasia y la despoblación son parte de esta agenda perversa, que evidentemente quiere poner a las personas en segundo o tercer lugar, exaltando a los animales y poniéndolos al mismo nivel que los seres humanos. La doctrina bíblica tradicional es que los hombres y las mujeres son la cima de la creación. En la creación existe una jerarquía, algo que se olvida porque lo que se promueve está basado en el ecologismo, una ideología socialista o comunista que pretende igualarlo todo”.

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